Nuestras propias manos pueden ayudarnos a sanar nuestras dolencias. Esta es la premisa del Reiki, una terapia milenaria japonesa que busca canalizar a través de las manos la energía y vibración a otras personas con el objetivo de ayudarlas a curar enfermedades físicas y emocionales.
Tal como lo señalan en el Centro de Terapias Online Sana terapia, “el fin último del Reiki es alcanzar un balance energético y espiritual. Para llegar a eso, se deben realizar estas sanaciones y equilibrios energéticos que se hacen en cada terapia. Esto lleva a un bienestar físico, psíquico y espiritual, entrega paz, tranquilidad y quietud según las necesidades de cada persona”.
Otras terapias complementarias como la acupuntura por ejemplo, también parte de la base que el ser humano es pura energía. En el caso del Reiki, los libros señalan que cuando la energía se bloquea es el momento cuando se produce alguna enfermedad, por ende al colocar las manos en la zona donde está el bloqueo energético éstas ayudan a disolver el nudo y así retornar el equilibrio en nuestro organismo
¿Cómo el Reiki ayuda a nuestras emociones?
Cuando fallece alguien cercano nuestro cuerpo y mente reacciona de distintas maneras. Existen personas que caen en depresión como hay otras que aceptan la pérdida con más facilidad. Independientemente de lo que podamos experimentar, hay formas de poder combatir nuestras emociones de mejor forma. Una de ellas es precisamente el Reiki.
Según el Centro Sana Terapia, el Reiki “ayudaría de gran manera a balancear las sensaciones de angustia, pena o rabia que suelen surgir en los procesos de duelo. Con este tipo de terapia podría alcanzar niveles de tranquilidad, paz y desahogo, gracias a las sanaciones energéticas llevadas a cabo”.
En Sana Terapia han atendido pacientes con grandes niveles de angustia derivados de depresiones o trastorno de ansiedad, en los cuales se ha notado su mejoría gracias a la terapia de Reiki. De todas formas es de muy buena ayuda a nivel espiritual, para alguien que haya sufrido una pérdida enorme en sus vidas, señalan desde el Centro.
Fuente: www.sendero.cl